Como premisa no deberemos perder de nuestro punto de mira que los costes estructurales son todos, y que el tiempo no es sólo el de una persona sino el de todo su conjunto, desde la recepcionista, al director general.
Si cedemos ante los 'chantajes', los 'pio,pio' de los distintos departamentos, acabaremos perdiendo el rumbo marcado y en definitiva debilitando nuestra empresa.
Por mucho que se le pida, una madre siempre intenta repartir equitativamente, alimentar al débil y acallar al fuerte, una empresa debe actuar igual, si quiere que toda su prole siga adelante deberá equilibrar el alimento entre los distintos departamentos, desoyéndolos en más de una ocasión, aún a costa de ser criticados por estos.
Ámelos, pero imponga su criterio.